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Hoy sábado 17 de Junio, que no es Sábado Santo, pero sí de reflexión en las elecciones autonómicas andaluzas, se hace difícil de prever cual será el resultado de mañana y aun menos sus consecuencias.

A lo mejor tendríamos que tener en cuenta que nos encontramos frente a una población que está siendo sometida a  la tenaza de una especie de caciquismo del siglo XXI que se sostiene sobre dos grandes patas: una ancestral que tiene que ver con la propiedad de la tierra y su reparto por derecho de conquista, huele a sudor, a mundo rural y antiguo régimen, la otra es el caciquismo urbano, administrativo, los señoritos de cuello blanco, el trato de favor no como un privilegio, sino como una de las pocas formas de sobrevivencia.

Para que esto sea posible, Andalucía ha sido desposeída de buena parte de su mano de obra y de sus recursos, trasladándolos allá donde sus amos españoles han ido decidiendo en cada momento siempre por el bien de la patria y haciendo posible esta tenaza de dos patas, que ha estado y está en manos de las dos grandes cofradías o comparsas según se mire, que dicen querer seguir mandando en el cortijo, aunque sea a modo de capataz y contrato temporal.

Siendo lo más terrible que, la rabia, la frustración y el deseo de transformar esta situación es tan solo entendida, explicada y por tanto constituyéndose en el reverso de la moneda, justamente por una parte de sus causantes y personal de servicio de los beneficiarios. La pica de los tercios, aunque eso sí, venida a menos.

Aljanubiayn (Tribu del Parke)