La jornada se inició tal y como se había previsto, con el maquillaje y puesta a punto de los disfraces de los más peques. En el centro de jóvenes todos y todas: tanto educadoras, como monitores y monitoras, como jóvenes, dieron lo mejor de sí maquillando a todo el mundo. Debidamente disfrazados y disfrazadas, hubo merienda para todo el mundo con sabrosos bocadillos y donuts.

Ya puestos a punto, la diversión se traslado al centro de pekes donde, por un tiempo, se disfrutó de diversos pases en su elaborado pasaje del terror, del que nadie salía indiferente. Gritos y sustos se podían oír tras el gentío que se agolpaba en su entrada, algo que confirmaba su rotundo éxito. Y es que, es muy grande la labor llevada acabo por sus autoras y autores del centro de pekes que consiguieron una ambientación fantástica.

La clausura del pasaje del terror dió a su vez paso, al momento de salir a buscar las chuches por el barrio dando a elegir a sus comerciantes si querían truco o trato. La actividad convertida en una divertida gincana mantuvo a los más peques corriendo arriba y abajo a la búsqueda dulces recompensas.

La jornada termino en la plaza (vieja) del parque, donde muchos y muchas se repartió el botín y lo devoraron sin contemplaciones ya pensando en poder repetir el año que viene.